Florista Valeria González de Maule: "El amor por las flores es una herencia familiar"
En el Callejón Peumo, sector de Quiñipeumo –Maule-, las flores son parte del paisaje y uno de los principales rubros que desarrollan varios agricultores de la zona. Una de ella es Valeria González Valenzuela, heredera del amor por las plantas y que trabaja junto a su familia en la floricultura.
Fue su abuelo, quien partió con este rubro, lo siguieron sus padres quienes continúan apoyándola a ella y a sus hermanos en todas las faenas que involucra la producción y venta de las flores. “Esto parte como herencia de familia, porque desde mi abuelo que yo cosechaba flores, de ahí nosotros fuimos viendo lo que él hacía y aprendiendo las cosas. Después se dedicó mi papá, así que ahí también con él trabajando y hasta ahora”, cuenta Valeria.
Hoy su padre y su hermano realizan las labores de preparación de suelo, plantan y realizan las labores de terreno, en tanto ella y su hermana se dedican a la poda, a la cosecha de flores, a la venta y los arreglos florales.
Poseen cerca de un cuarto de hectárea exclusivo para las flores al aire libre y bajo plástico, entre ellas crisantemos, de diversos colores, maules, astromelias y lilium, entre otras. Además, poseen otro terreno de más de 3 hectáreas y media, donde también poseen flores, pero realizan otros cultivos como las papas.
Con el apoyo de INDAP y del Programa PRODESAL, esta agricultora ha logrado importantes mejoras en su unidad productiva, como maquinaria de trabajo, entre ellos un tractor y una máquina fumigadora, un invernadero de tecnología israelí y recursos crediticios.
Para Valeria desarrollar este trabajo en familia, significa entregar alegría a las personas que buscan un arreglo o un ramo para una ocasión especial. “Es algo lindo, porque uno se siente feliz con el hecho de trabajar. Y saber que una va a entregar una satisfacción a la persona que le entrega un arreglo. Un arreglo para cualquier ocasión, porque no sólo son para los momentos de felicidad, también es para la tristeza cuando fallece alguien por ejemplo y nos piden un arreglo. Pero, si usted le hace algo bonito, igual el cliente se siente feliz”.
La productora reconoce que se trata de un rubro hermoso, pero exigente, porque deben estar siempre atentos a las condiciones de las flores y a las demandas de los clientes. Actualmente comercializa su producción en su propia florería ubicada en el centro de Abastecimiento Regional- CREA- de Talca, llamada “Bella Flor”, donde atiende de martes a domingo. De igual manera responde ante cualquier pedido de sus clientes, quienes los van a buscar en su propio predio, “porque no se puede decir que no, especialmente cuando son cosas especiales y la gente necesita que uno les haga algún ramo o arreglo”, reflexiona.
Como buena emprendedora quiere seguir creciendo y mejorando su negocio, con nuevas variedades de flores, porque dice que cada día llegan nuevas flores al país, y que es importante mantenerse actualizados y contar con ellas también en su florería.
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